Con la llegada de los meses más fríos del año, la atención sobre los riesgos asociados a la inhalación de monóxido de carbono se intensificaron en la Argentina. Se advirtió sobre la importancia de reconocer los síntomas iniciales: dolor de cabeza, náuseas, vómitos, alteraciones visuales, letargo, desorientación y, en casos avanzados, convulsiones o pérdida de conciencia.
El mayor peligro se encuentra en situaciones donde los ambientes permanecen cerrados y la ventilación resulta insuficiente o nula. Bajo esas condiciones, cualquier artefacto defectuoso, desde una cocina hasta un calefón o una estufa, puede convertirse en una fuente potencial de intoxicación. Se advirtió sobre la importancia de reconocer los síntomas iniciales, que incluyen dolor de cabeza, náuseas, vómitos, alteraciones visuales, letargo, desorientación y, en casos avanzados, convulsiones o pérdida de conciencia.
El monóxido de carbono ejerce su toxicidad al desplazarse por el torrente sanguíneo y unirse a la hemoglobina con una afinidad mucho mayor que el oxígeno, lo que impide la oxigenación adecuada de los órganos vitales. Por eso, los efectos pueden ser fatales si no se detecta a tiempo la exposición. El letargo y la confusión suelen impedir que las víctimas reaccionen ante la emergencia, aumentando el riesgo de desenlaces graves.
Frente a este panorama, MetroGAS inic
