Los corsos llegaron a su fin en Chilecito, dejando tras de sí una estela de color, música y alegría. Cada comparsa, con esfuerzo y dedicación, transformó las calles en un escenario de pura magia, donde el arte y la tradición se unieron en un espectáculo vibrante.
Las comparsas menores, como Rocío del Nevado, Estrellitas de Santo Domingo, Descendientes de Caporales y Lucerito, fueron la prueba viviente de que el carnaval no tiene edad. Con cada movimiento y el ritmo marcado por los tambores, los más pequeños hicieron latir el corazón de los presentes, asegurando que esta celebración siga vigente en el tiempo.
Por su parte, las comparsas mayores llevaron el carnaval a otro nivel. Trimania, Imperio Samba Show, Renacer de los Caporales, Los Integrantes del Valle Hermoso, Aruma Taki, Ícaro, Jararaka, Fraternidad Siempre Unidos, Samba Caporales e Infierno en Carnaval desplegaron su talento con trajes deslumbrantes y coreografías llenas de energía. Cada pasista brilló con su gracia y destreza, mientras las batucadas hicieron temblar el suelo con su fuerza arrolladora.
Detrás de cada vestuario elaborado y cada coreografía presentada, hay meses de ensayo y trabajo en equipo. Las comparsas aportaron su talento y dedicación para ofrecer un espectáculo que destacó la identidad cultural y la tradición del carnaval en Chilecito.
