septiembre 18, 2024

Catamarca inauguró un nuevo atractivo turístico con la presentación de la estatua de la Virgen del Valle, considerada la más alta del mundo, alcanzando los 52 metros.

Esta obra, que supera en altura al Cristo Redentor de Brasil, fue impulsada por el empresario local Walter D’Agostini, quien se propuso devolver a la provincia lo que su familia recibió como inmigrantes.

“Nunca ni siquiera hicimos un plano ni nada por el estilo. Empezamos a construir, hasta que llegamos un día que la fuimos a medir cuando la terminamos”, explicó el empresario a Cadena 3, quien también mencionó que la obra incluye infraestructura básica como un pequeño bar y servicios sanitarios.

Sin embargo, el acceso a la Virgen ha generado controversia, ya que se requiere pagar por un servicio de combi que transporta a los visitantes desde la base, debido a la dificultad del camino.

Los precios del servicio de transporte son de 10 mil pesos para los catamarqueños, 15 mil para visitantes de otras provincias y 20 mil para extranjeros. “Si quieren ingresar tienen que pagar una combi, que está abajo. Nosotros los traemos y los llevamos”, aclaró el empresario.

La polémica surgió a raíz de las críticas de algunos ciudadanos, incluido el periodista editor de El Ancasti Marcelo Gallo, quien afirmó: “Está lucrando con la fe de la gente”. Gallo argumentó que la obra fue presentada inicialmente como un acto de devoción, pero luego se evidenció una lógica comercial detrás del proyecto, lo que ha causado malestar entre los fieles.

“Si hubiese sido presentado como un emprendimiento turístico, no hubiese habido problemas. Pero como ha sido presentado como un acto de devoción, y después hay por atrás toda una lógica comercial, es un mercader del templo, que es lo que se condena”, agregó Gallo, quien también destacó que el esfuerzo físico para llegar a la Virgen puede ser un obstáculo para muchas personas.

A pesar de la controversia, algunos opinan que el emprendimiento tiene el potencial de convertirse en un ícono turístico importante.

La inauguración tuvo lugar el 7 de septiembre, con la presencia del obispo local, y ha generado una mezcla de entusiasmo y críticas en la comunidad catamarqueña, donde la devoción por la Virgen del Valle es profunda y arraigada.