
A través de un duro comunicado, la Asamblea por la Vida de Chilecito y la colectiva “Defensoras del Agua del Famatina” manifestaron su rechazo a las recientes declaraciones del diputado nacional Martín Menem, quien afirmó que, en caso de ser gobernador, impulsará la explotación minera en la zona del Famatina.
“Gane quien gane, aquí no habrá minería”, es la consigna que encabeza el pronunciamiento difundido este lunes, en el que las organizaciones ratifican su histórica oposición a la megaminería, a la que acusan de provocar contaminación y empobrecimiento en los pueblos. Denuncian que no existen “grietas” cuando se trata de política extractivista y advierten sobre las consecuencias sociales y ambientales observadas en países como Canadá y Portugal, donde aseguran que “las zonas y los pueblos sacrificados” son moneda corriente.
El comunicado cuestiona fuertemente la noción de “minería sustentable” promovida por Menem, y señala que en Argentina “no puede nombrarse un solo proyecto minero que tenga buena prensa” debido a accidentes, violaciones a la ley de Glaciares y falta de consulta a las comunidades. Además, critican al actual gobierno nacional por incluir el RIGI en la Ley Bases, al que describen como una herramienta que profundiza el “saqueo” y concentra riquezas en manos extranjeras.
Finalmente, la Asamblea reafirma su lucha de casi dos décadas en defensa del agua y contra la megaminería, e invita a la ciudadanía riojana a mantener el compromiso de proteger el territorio. “La Rioja no se toca. El agua vale más que todo”, concluye el texto.
Contexto:
Las declaraciones de Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y referente de La Libertad Avanza, generaron fuertes reacciones en la comunidad de Chilecito. “No se puede prohibir que la gente viva del trabajo minero”, expresó, señalando que el Famatina tiene “varios metales que deben ser explotados” y citando como ejemplo a países como Canadá y Australia, donde –según dijo– “se hace minería en zonas verdes”.
El debate sobre la megaminería en La Rioja vuelve así al centro de la escena política y social, con posturas enfrentadas que reeditan una disputa histórica sobre el modelo de desarrollo y el cuidado de los recursos naturales.
