LA POLÍTICA DETRÁS DE LOS VOTOS EN EL SENADO
Comienza la semana con el foco puesto en el Senado argentino, donde se libra una batalla por la aprobación de la Ley de Bases, eje central del plan económico del Gobierno Nacional. Este debate no solo involucra a los políticos, sino que también impacta directamente en la economía y el futuro del país. En el artículo de éste domingo, el periodista Pablo Winokur describe las dificultades de esta contienda, resaltando la importancia de la ley para el Gobierno y la necesidad de asegurar tres votos más en el Senado para su aprobación. Bajo el título: “Los 7 Senadores clave por la Ley de Bases”, explica, que éstos, podrían definir la votación. También aborda las divisiones y alianzas dentro de los partidos políticos, así como la influencia de los gobernadores y destaca la relevancia de la participación de los sindicatos en un próximo paro general y cómo esto podría impactar en el panorama político.
Los 7 senadores clave por la Ley Bases
Por: Pablo Winokur
El Gobierno empieza
a recalcular el modelo libertario. No importa cuántos desastres genere en la
economía real. Javier Milei sabe que tiene que cumplir con su principal
compromiso de campaña sin mirar los daños colaterales. Su medida del éxito o
del fracaso va a ser que logre bajar la inflación. Eso es lo que consolida todo
el relato. Prometió, cumplió.
Con ese fin, da
muestras de pragmatismo: congela prepagas, congela tarifas, congela transporte,
congela naftas, no devalúa… Una estrategia no tan distinta a la que tomaron
Cristina, Macri, Alberto y Massa cuando las papas quemaban. El modelo
libertario puede esperar.
El problema es que
con esa decisión empieza a quebrar otra promesa de campaña: que no habría
intervención en los precios. Y muchas expectativas de mercado se fijaron bajo
esa premisa. Si el sector prepagas entendió que este gobierno permitiría
actualizar sus valores que habían quedado retrasados los años anteriores,
actualizó toda su estructura de costos con base en eso, incluyendo el pago de
prestaciones que también venía atrasado. Conflicto abierto.
El Gobierno necesita ganar tiempo para tres cosas:
Demostrar que su plan funciona
Llevar un alivio temporal a la gente que más sufre el
ajuste
Mostrar gobernabilidad hacia afuera para que lleguen
inversiones; es un reclamo del FMI y de Estados Unidos, entre otros.
En este último
punto aparecen la Ley Bases y el Pacto de Mayo. La Casa Rosada negocia voto a
voto para que el proyecto pueda salir en el Senado antes del 25. La tiene
bastante difícil.
Por cronograma, se
vienen dos semanas (mínimo) de audiencias en comisiones para debatir y estudiar
el tema, que se va a analizar en un plenario de varias comisiones.
Martes 7: empieza
debate en comisiones.
Jueves 16: firma de
dictámenes (con suerte).
Jueves 23:
tratamiento en recinto (debe pasar una semana desde el dictamen).
Es un escenario
hiperoptimista. Victoria Villarruel convocó a las comisiones y puso como fecha
tentativa de dictamen el 9 de mayo, día del paro general. Imposible. Uno de los
presidentes de las comisiones, Edgardo Kuider, ya salió a avisar: “Yo no puse
el 25 de mayo como fecha límite. Somos una cámara revisora, no podemos ser la
escribanía de Diputados”. Verbalizó algo que planteaban todos desde todos los
sectores.
Los números están
muy parejos. Se necesitan 37 votos para garantizar la votación (sea para
aprobar o para rechazar). El oficialismo dice que tiene 34 y le faltan 3. El
peronismo dice que tienen 33 (suponiendo que ninguno saque los pies del plato)
y les faltan 4. En el medio aparecen un montón de negociaciones cruzadas y
nombres que las dos partes se dan como propias.
No solamente los
que apoyen tienen que votar en general, sino también en particular. Con estas
cifras tan finitas es muy fácil que alguno de los indecisos diga “yo te lo voto
si cambiamos tal artículo”. En ese caso volvería a Diputados.
¿Quiénes son los 7 indecisos que se intenta convencer?
Martín Lousteau. Se
declaró en contra del proyecto desde la primera hora y sus diputados votaron en
contra de muchos artículos. Tiene una alianza circunstancial con Facundo Manes,
que se abstuvo. Desde el principio se opuso al gobierno de Milei y habla pestes
de la ley. ¿Se animará a ser el único radical que vote con el kirchnerismo?
Carlos Espínola.
Senador del peronismo no K por Corrientes. Siempre fue crítico de la conducción
de Cristina. Se fue del Frente de Todos, pero se fue por diferencias con ese
liderazgo. Es presidente del bloque Unidad Federal. Por lo bajo muestra
diferencias con la Ley Bases y su provincia la gobierna Juntos por el Cambio.
¿Por qué votaría a favor?
Edgardo Kuider. Es
senador por Entre Ríos y también dejó el Frente de Todos por diferencias con su
conducción. Su provincia la gobierna Rogelio Frigerio, del PRO. Es presidente
de la Comisión de Asuntos Constitucionales. No descarta votar en general, pero
va a pedir cambios en particular.
Lucila Crexell. Es
senadora por Neuquén con bloque propio. Entró por Juntos por el Cambio y es
nieta de los fundadores del Movimiento Popular Neuquino, histórico partido en
esa provincia. Hoy es aliada del gobernador Rolando Figueroa. Votó siempre en
contra de las facultades delegadas. Es nieta de Elías Sapag, el senador que en
1983 volteó la reforma sindical de Alfonsín.
Mónica Silva.
Senadora de Río Negro. De máxima confianza del gobernador Alberto Weretilneck.
Fue su ministra de Educación. Los diputados de ese partido votaron a favor.
“Estamos viendo nuestra postura. Es necesario volver a analizarlo”, dijo hace
unos días.
José María
Carambia. De Santa Cruz. Responde al gobernador de la provincia, Claudio Vidal,
aunque tiene juego propio. Hasta ahora, su compañera y él votaron todo en
contra del Gobierno. Incluso rechazaron la ley que le permite a Milei salir del
país por cuestiones protocolares. Hace unos días, el gobernador se reunió con
el ministro Guillermo Francos. Las cosas mejoraron. Los diputados por Santa
Cruz hicieron un juego doble: uno votó a favor en casi todo; y otro votó en
contra en casi todo.
Natalia Gadano.
También de Santa Cruz. Tiene 41 años y fue muy crítica de entrada respecto al
Gobierno. Muy cercana al gobernador. Una incógnita
El que convenza a 3
o 4 de estos senadores, gana la votación. Varios están dispuestos a acompañar
en general, pero no en particular. En el medio, el Gobierno empieza a cumplir
con algunas promesas de reactivación de obras a gobernadores amigos.
Los artículos de la discordia. Los puntos más conflictivos son:
- Delegación de facultades.
- Fin de moratoria previsional (algunos temen no poder volver a sus provincias votando eso).
- Aumento de impuesto a las Ganancias.
Este último no es
parte de la Ley Bases, sino del Pacto Fiscal, que viene en tándem. Cuatro de
los siete votos en disputa son patagónicos. “En la Patagonia, con este esquema,
pagaría hasta el empleado de un kiosquito”, dice uno de ellos.
En el medio, el Gobierno
puede apelar a convencer a algún peronista de que vote a favor o se abstenga.
En principio, la apuesta es a que los gobernadores más dialoguistas intervengan.
El jefe de bloque del peronismo, José Mayans, los reunió a todos por Zoom el jueves. Según contó el propio Mayans, todos se comprometieron a votar en contra. Según cuenta el resto, no hubo precisiones. Se vuelven a ver el lunes personalmente.
En esta situación
de dudas hay senadores de 4 distritos:
Catamarca. El
gobernador Raúl Jalil pidió que voten la ley. La senadora y exgobernadora Lucía
Corpacci avisó que no va a votar nada. Queda uno.
Tucumán. En
Diputados votaron todo. Pero en Senado ninguno responde orgánicamente al
gobernador Osvaldo Jaldo. Uno es Juan Manzur (exgobernador enfrentado a Jaldo).
La otra es Sandra Mendoza, esposa de José Orellana, exintendente de Famaillá;
posee peso específico, pero siempre hay que ver qué necesidades políticas tiene
el municipio. Mendoza y Manzur estuvieron juntos en el Zoom peronista.
Santiago del Estero.
El gobernador tiene 3 senadores. En el oficialismo creen que pueden lograr que
dos no voten en contra.
Salta. El
gobernador jugó a favor del proyecto en Diputados. No obstante, los senadores,
en principio, no le responden.
Un punto a tener en
cuenta: no hace falta que estos voten a favor. Con que NO voten en contra
alcanza. Es probable que gripes, internaciones, cumpleaños familiares y vuelos
suspendidos por mal tiempo estén a la orden del día.
Algo parecido, pero
al revés, pasa en el radicalismo. Maximiliano Abad, senador por la provincia de
Buenos Aires (que había dicho que iba a acompañar al Gobierno), ya avisó que va
a convocar a los gobernadores radicales para que vayan al bloque y cuenten qué
acordaron con el Gobierno. Nada va a ser fácil.
El líder del
peronismo
A minutos de
producida la votación en Diputados, Axel Kicillof, salió a tuitear pidiendo que
los senadores voten en contra del proyecto. Buscó posicionarse como el líder de
esa gesta. Ni los senadores ni el resto de los gobernadores lo siguieron.
Kicillof busca
posicionarse como el líder de la iniciativa para que el Senado no apruebe la
Ley Bases
Se enmarca todo en la pelea brutal que está teniendo con La Cámpora y que te venimos contando en las últimas semanas.
Kicillof tuvo esta
semana otro gesto de independencia. Participó el 1 de mayo de la marcha con la
CGT y lo recibieron los líderes sindicales. A su lado estaban Jorge Ferraresi,
intendente de Avellaneda, y Fernando Espinoza, de La Matanza. Los dos juegan
para él y piden que encabece una renovación.
“Cristina piensa
más como madre que como dirigente política”, repite uno de los varios barones
del conurbano que lo acompañan. Ninguno manifiesta diferencias con Cristina. El
tema es Máximo y su gente.
Esta semana, la CGT
pone otra vez a prueba su músculo con un paro general. La adhesión o no a la
medida va a depender de lo que hagan los colectivos de la UTA. Sin paro de
transporte, un paro general queda en el vacío.
Los del transporte
(menos UTA y trenes) paran el lunes. Los subtes, quizás, lo hagan el martes. De
los trenes ni noticias, pero el líder gremial Omar Maturano se sacó hace unos
días una foto con Francos.
Si sigue así, la cosa se encamina más a ser un "parito" que un paro. Otro signo más del recálculo del modelo libertario.
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