¿QUE SE PUEDE HACER CON LAS CLANDESTINAS?
Mientras continúan las restricciones por la segunda ola de contagios en el país, la provincia y Chilecito, en esta pandemia hubo muchas actitudes heroicas, generosas y solidarias, pero también deja expuesta la actitud desaprensiva de personas irresponsables que no dudan en organizar encuentros ilegales, como las “Clandestinas”.
La fiesta clandestina que tomó gran repercusión fue la que ocurrió el fin de semana pasado en la Capital riojana con más de 200 personas, sobre todo por las condiciones sanitarias en que se encuentra la provincia.
Hecho que trajo aparejado hasta un
asombroso cruce entre la Ministra de Justicia, Seguridad y DD.HH con la
Justicia Federal, terminando con un pedido de disculpa.
Los organismos gubernamentales,
decidieron poner en cuarentena a la humanidad, restringir las salidas y evitar
la aglomeración de personas. Medidas para evitar la propagación del virus, entre
ellas la prohibición de fiestas y eventos sociales. Pero parece ser que algunos
no logran comprender estas disposiciones.
Y en Chilecito no nos quedamos atrás,
no pasa fin de semana sin que no deban ser desbaratadas una, o varias
clandestinas, con verdaderos arsenales de bebidas alcohólicas y sin que se
respeten las normas prevención vigente.
Pero en este caso no se trataba de una
“rebelde juventud”, sino de un grupo de personas adultas, que con un nivel
elevado de egoísmo estaban violando las medidas impuestas en virtud a la situación
pandémica que se está atravesando. Despertar con el título que llenaban las redes
sociales: “El COE y la policía desbaratan una junta clandestina. La misma se
desarrollaba en el Club Social, habría personas demoradas”, generó un cierto
rechazo en la mayoría de la sociedad.
Y molesta mucho más, cuando los
actores principales de estos hechos pertenecen al área del gobierno. Una fuente
extra oficial comunicaba en la madrugada de hoy, que habrían detenido a 2 jefes
de grupos de trabajo del municipio.
Somos los más solidarios posibles,
pero también florece el más vil egoísmo desde todos los aspectos. Y esa falta de empatía repercute directamente
en la sociedad, porque además de que la pandemia sigue golpeando duro a nuestro
departamento, también impuso una enorme restricción, insalvable para muchos, a
la hora de ganarse el sustento. Los efectos de esta crisis económica que ya se
hacía sentir, hoy golpea sin piedad la precaria situación de muchísimas
personas.
Las transgresiones a las normas
impuestas son casi moneda corriente, y se ve reflejado en varios ámbitos. Por
citar un ejemplo, en algunas notas periodísticas realizadas en el marco del “Día Nacional de la Seguridad
Vial”, se podía observar en el predio ubicado en los Altos de Chilecito, el
depósito que tiene la policía de motos secuestradas por accidentes de tránsito,
falta de casco, papeles y condiciones reglamentarias.
Hoy en Chilecito el impacto de la
pandemia, la situación económica y los temores a perder la fuente laboral,
sobrepasan el contagio de la enfermedad.
Y como ya lo dije en otra columna: “Al
rostro detrás del barbijo ya no le alcanza la plata, tiene tristeza, tiene
impotencia y enojo por la falta de solidaridad con el otro”.
Fracasó la empatía, el compromiso, la conciencia social, la responsabilidad individual y colectiva”. La
grieta ya no solo es con el otro, sino con nosotros mismos y la realidad que
rechazamos como ajena.
¿Qué se puede hacer con las clandestinas?
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