“ORDEN DEL DÍA”
La noche del domingo 02 de mayo comencé con síntomas de algo que parecía un resfriado, solo que la fiebre que tenía era demasiado alta. Pase la noche sin dormir hasta que amaneció y me dirigí, como pude, al hospital. Llegué con 39 grados y malestar en mi cuerpo. No quería sugestionarme pensando que era COVID-19, porque no había estado en contacto con nadie cuya prueba hubiera salido positivo, pero si, mandaron a hisoparme y di positivo.
Después de dos
semanas, un poco recuperada me pongo a leer las últimas novedades y aquí me
detengo en algo que me llamó la atención. Una noticia decía que la próxima
semana estarían llegando cuatro decibelímetros a la Capital para cumplir con la
ordenanza de prohibición de ruidos en la vía pública que se aprobó el año
pasado, pero que por la falta de decibelímetros, hasta el día de la fecha no
pudo ser aplicada. La obtención de los decibelímetros, sin duda se pudo llevar
a cabo por las constantes quejas de los ciudadanos por los ruidos de escapes de
motos en la ciudad.
En Chilecito, también hay ordenanzas que
no se hacen cumplir.
El Tránsito pesado
en calles céntricas de la ciudad, es solo un ejemplo. O algo más simple que
llamo mi atención, ver un cartel nomenclador colocado en la avenida Arturo
Illia y Santiago Bazán, debería señalarse de esa manera, porque así lo
establece la ordenanza. Para un turista, en Chilecito, guiarse por los carteles
es complicado. Llegas a la esquina de avenida Illia y dice “BARTOLOMÉ MITRE”.
Ciertos temas me
hacen reflexionar qué tipo de convivencia tenemos como sociedad. ¿Pero qué pasa
cuando es el Ejecutivo quien no procura las herramientas necesarias para hacer
cumplirlas? ¿Será falta de recursos, de interés o desidia?
Hace un tiempo
una situación personal, me llevó a tratar de entender varias cosas con relación
a la convivencia. Lo más difícil fue comprender porque los vecinos y las
vecinas de Chilecito con mucha falta de empatía no comprenden la
hipersensibilidad auditiva de algunas personas y también de los animalitos, que
entre otras cosas, no les permiten tolerar pirotecnia, el cimbronazo de
parlantes en los vehículos y las temibles motos por los escapes libres. Las
explosiones que provocan con piezas alteradas y perturban, además, el reposo,
el sueño y afectan el aparato auditivo. Especialistas advierten sobre los
riesgos que implica para la salud la exposición a los estruendos y advierten
que violan derechos constitucionales.
Las Motos
“explosivas”, modificadas para la aceleración brusca y con los escapes libres,
ya son parte del tránsito urbano. La queja se repite con inusual frecuencia con
denuncias en distintos medios de comunicación. Sin mencionar que se vulnera un
derecho constitucional (Art. 41) que “Se obliga a velar por un ambiente sano,
equilibrado, y apto para el desarrollo humano”. Pero sin duda estamos ante una Insensibilidad
Social.
La ordenanza número
1.007 con fecha 18/12/1990, en su artículo 1° expresa: “Queda prohibido dentro
del Ejido Municipal causar, producir o estimular ruidos innecesarios o
excesivos que propagándose por vía área o sólida, afecten o sean capaces de
afectar al público, sean en ambiente público o privado, cualquiera fuere el
acto, hecho o actividad que lo genere”. El concepto es muy amplio como para
otorgarle exclusivamente a la dirección de tránsito y trasporte facultades para
el control con escape libre.
¿Las áreas de
Servicio Público, y la Secretaría de Producción y Medio Ambiente deberían
optimizar los medios para hacer cumplir esta ordenanza?
Hace días se
vienen llevando importantes operativos desde seguridad para prevención de
siniestros viales, control al decreto 840, pedido de documentación del vehículo
y usos de cascos, además de control de carreras clandestinas con motocicletas
modificadas. Lo que se busca con este operativo es lograr desarticular estas faltas.
Por este lado vamos bien.
Por lo pronto
hay una ordenanza en especial que me llenó de esperanza, la Nº 3.584/2019
sancionada por el Concejo Deliberante y promulgada por la Municipalidad, la cual
en su artículo 1º inciso b, dice: “Prohíbase en todo el departamento Chilecito,
la venta, comercialización y uso de pirotecnia con estruendo en actividades
masivas a desarrollarse en la vía pública, ya sean Populares, Deportivas,
Culturales, Sindicales, Políticas, Religiosas y de fiestas privadas u otras
similares”.
Ahora como
sociedad: ¿Qué importancia le estamos dando a los pedidos de minutas de
comunicación y a los informes? ¿Por qué en las últimas sesiones del Concejo
Deliberante hay tantos pedidos de informes?
¿Nuestros
Concejales hacen el trabajo de exigir a que las autoridades cumplan con los
plazos de presentación de los informes?
Votamos para que
nos representen, por lo tanto, hay que estar más atentos con nuestros ediles, y
ver qué pasa con todas las facultades que le dan al ejecutivo. El ejecutivo
tiene que hacer la reglamentación para que se ordene.
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