¿CÓMO QUIERES QUE LO QUIERA, SI NO LO CONOZCO SIQUIERA?
Perdida de nuestro patrimonio cultural tangible.
En proceso reflexivo necesitamos poder definir que hablamos cuando lo hacemos de patrimonio cultural.
Pensarnos como seres miembros de una comunidad nos
obliga a responsabilizarnos también a nosotros sobre las acciones concretas que
dañan o afectan en su deterioro físico a nuestro patrimonio cultural.
La UNESCO define así El patrimonio cultural inmaterial
o “patrimonio vivo” se refiere a las prácticas, expresiones, saberes o técnicas
transmitidos por las comunidades de generación en generación. Patrimonio
material e inmaterial. ... El Patrimonio Cultural Tangible o Material se
compone de los bienes muebles e inmuebles hechos por las sociedades de nuestro
pasado. Patrimonio Arquitectónico: Monumentos, edificios y construcciones que
representan nuestra memoria física y nuestra evolución o involución social.
A partir de este detalle podemos asumir que todos,
personas, familias, escuelas, clubes, gobierno, como miembros de una comunidad
somos guardianes y responsables de las condiciones en que se encuentra nuestro
patrimonio cultural.
Mirar hacia afuera y responsabilizar a terceros por la
destrucción del mismo implica no reconocer nuestra obligación de contribuir
socialmente en el mantenimiento de nuestra cultura e identidad.
Nos despertamos indignados el día que en las redes
sociales se viralizo la foto de la casa del profesor Arturo Marasso a punto de ser demolida, expresamos nuestras
opiniones en la mismas redes y definimos quienes eran los responsables de que
eso sucediera.
Muchos ese mismo día se enteraron que esa casa que por
su deterioro físico ya dejaba ver sus paredes de adobe, despintada, casi en
ruinas, con la marca de los años en su estructura, olvidada y que estaba ubicada
frente a la plaza principal y la estación de servicio había pertenecido a una
familia con larga trayectoria en nuestra ciudad, pero igual no sabíamos quienes
era, es mas muchos no sabía quién había sido en vida el profesor Arturo Marasso. Se fueron enterado con el
correr de las horas leyendo los posteos y los cometarios cargados de
indignación porque nadie cuido ese espacio físico que hasta ese momento había
pasado inadvertido para todos.
Y también se indignaron si saber bien porque o contra
quien, seguramente contra quien en las redes decía eran los responsables.
Nos equivocamos cuando propagamos y propiciamos que la
construcción y protección de nuestro patrimonio cultural solo pasa con un
sector social o institucional o que está destinado solamente espacios de elite
cultural y social.
Es de todos
como comunidad la tares de propiciar espacios de difusión, conocimiento y
apropiación del mismo. Para ello necesitamos inclusión bridando a la comunidad
la posibilidad de conocer su gran patrimonio cultural. Interiorizarnos sobre la
existencia de legislación sobre el tema, como se aplica, y de no existir es una buena oportunidad
para que nuestros representantes comiencen a trabajar en eso.
Fundamentalmente no trabajamos sobre la difusión de
algunos espacios culturales materiales o tangibles que nos permita conocerlos y
quererlos.
Ante la pérdida edilicia de algunas estructuras que
forman parte de nuestra historia contemporánea tomamos conciencia momentánea y
nos damos el permiso de reflexionar sobre el tema.
Desde esta mirada limitamos las posibilidades de
crecimiento de nuestra identidad cultural ligada indefectiblemente al
patrimonio de nuestra ciudad.
Y en esta línea de pensamiento nos debemos preguntar
que está en crisis, nuestro patrimonio cultural o nuestra identidad.
Irina Bocova, Directora General de la Unesco dice que
…cuando se pretende destruir una sociedad, se ataca su cultura, su estilo de
vida, su identidad,
es decir, se destruye su patrimonio.
el patrimonio es reconocido como “la memoria viva de
un pueblo”, y aunque es inmenso y tiene múltiples manifestaciones, sean
tangibles o intangibles, no
se puede dejar de afirmar que es un elemento de
afirmación de identidades, que favorece la cohesión social
y constituye un medio y un decisivo factor de
desarrollo. Tratándose de un recurso frágil, valioso y frecuentemente no
renovable.
La identidad social nos diferencia como comunidad y
nos brida características singulares y únicas, propias de nuestra
idiosincrasia. ¿Con que elementos de esta identidad ya no queremos ser
identificados? ¿Que otros elementos y características sociales han ganado sobre
nuestra propia historia? ¿Sobre qué debemos trabajar para recuperar como
comunidad estos valores? ¿Queremos como comunidad diversa y muy cambiante
todavía sentirnos representados por este patrimonio cultural? Dominio que hasta hoy perdura y es rescatado desde
las palabras y la memoria cuando se ve
amenazado.
Desde este espacio reflexivo proponemos pensar nuestro patrimonio como un derecho humano que
construye nuestra historia e identidad como comunidad. Donde todos somos participes
de su defensa y salvaguarda. Donde el que no lo conoce tiene la posibilidad de
apropiarlo y elegirlo y quererlo.
Gracias.
Lic.
Daniela Agner.
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