
EL PODER EN EL CONCEJAL
Tiene que llegar un Concejo nuevo y dejar de lado la metáfora de compararlo a éste con una escribanía, es decir, la falta de diálogo y el hecho de que los proyectos se aprueben rápidamente y sin hablar y debatir, no puede ser.
En la tarde del sábado en sesión especial, se tomó juramento a 13 concejales que tendrán período hasta el 2023, en un auditórium lleno con aire de renovación, de congoja y de entusiasmo por el comienzo de algo nuevo y distinto.
¿Pero qué se
espera de los nuevos Concejales? Básicamente que mejoren la vida de los
vecinos, que no generen problemas sino que los solucionen.
Están fresquitos
y con mucha ansiedad, por ello deberán saber escuchar a todo el mundo: quiénes
tienen una propuesta, un informe, una crítica o una alabanza, y saber dialogar
con argumentos más allá de imposiciones.
Tienen muchas
ganas de aportar, y estará en los concejales con experiencia que fueron reelegidos,
poder ofrecer y ejercer una responsabilidad educativa y ejemplificadora. Deberán
entre todos enfrentar los problemas del municipio, más que con la ideología con
soluciones viables y adecuadas.
También habrá
algunos casos en donde ante un problema,
en un barrio por ejemplo, (una calle destrozada, un zanjón tapado donde se
juntan alimañas, un parque público en estado de abandono, etc.) los ciudadanos tiene
dos opciones: la primera, quejarse: con otros vecinos de la cuadra, con el
dueño de la despensa de la esquina, o por las redes sociales. O la segunda
opción: presentar un proyecto en el Concejo Deliberante para que esa
problemática tenga alguna vía de solución.
No olvidemos que
el Concejo es una caja de resonancia. Cualquier
vecino o vecina, sin ningún tipo de
limitación de edad, de orientación social, de creencias religiosas, de
procedencia barrial, puede utilizar el derecho de la banca del ciudadano.
La idea es ayudarlos
y ayudar entre todos. Hacer la vida más fácil a la gente, no dejemos que con el
rollo de pesados reglamentos opriman
cualquier actividad y la hagan insostenible en el abismo de la burocracia y los
procedimientos.
La democracia es
la traducción de lo cuantitativo a lo cualitativo, que lo que quiera la mayoría
se convierta en lo mejor, y que la ciudad sea el hogar público de todos. Así lo
esperamos. ¡Suerte queridos Concejales en esta nueva etapa!
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