EL ANTON PIRULERO RIOJANO
Los sectores políticos en La Rioja viven realidades distantes y distintas. Mientras algunos se ilusionan con el porvenir, otros buscan salvar los honores, y hay quienes se debaten entre pasado y futuro. Como en aquel juego, el que no atiende su juego puede perder, y mucho.
En el oficialismo
respiraron aliviados tras el apoyo nacional a la fórmula que integra Ricardo
Quintela Junto a Florencia López, y el respaldo de casi la totalidad de los
intendentes y la mayoría de los diputados Provinciales, además de lograr
alianzas con 19 partidos de cara al 27 de octubre.
Pero cada minuto
que pasa no descansan tranquilos, porque el ex gobernador y actual diputado
nacional, Beder Herrera, dejo en claro que está dispuesto a ser candidato con
boleta corta, aduciendo que cuenta con el respaldo del voto popular.
Mientras que
Paredes Urquiza ensaya el "sálvese quien pueda" esperando ver que le
resulta más conveniente. Y por otro lado Julio Martínez, cruza los dedos y se
refriega las manos entusiasmado esperando que Beder Herrera no se baje de la
candidatura para que en el sector Justicialista salgan divididos.
Acá me detengo
porque no puedo dejar de preguntarme… ¿Y los ideales? ¿Y las convicciones,
donde quedaron?
¡Hay que levantar
la bandera de la solidaridad, de la conciencia colectiva, de la conciencia social! ¡Hay
que ir persuadiendo para que cada uno sepa sacrificar un poco de lo suyo
en bien del conjunto!
Si bien, es muy
bueno tener posturas diferentes porque la uniformidad hace mucho daño, también
es cierto que tenemos que convivir y aceptarnos en las diferencias. Estoy segura que eso es lo que nos está
faltando un poco. La confrontación es destructiva. El disenso es constructivo.
Los dirigentes
tendrán que trabajar muy duro. Hay en el ambiente riojano una falta de
liderazgo fuerte que haga reivindicar a la política como un instrumento del
pueblo, para definir qué proyecto de sociedad queremos construir.
Las
instituciones se tienen que auto depurar, quienes tienen la vocación de
representar a los ciudadanos, no pueden hablar todo el tiempo desde el
prejuicio. Los candidatos tendrán la obligación no solamente representar desde
los valores a nuestra Ciudad, sino de tratar de conducir el proceso colectivo,
y que no puede ser solamente una suerte de reflejo de lo que se discute en la
sociedad.
Lo importante de
ahora en adelante es no banalizar en las campañas, tomar conocimiento, entender
y comprender, que conquistar derechos provoca alegría.
A veces la vida
da señales y habrá que tener cuidado de no saber interpretarlas.
El Don Pirulero
debe atender su juego. Si no lo hace caerá en desgracia. Atento a esta consigna,
los distintos sectores saben que transitan distintas dificultades y urgencias.
Si alguien desatiende su necesidad puede caer en desgracia. Los riesgos pueden
ser más pesados que los premios. Ojala que no.
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