NO NOS ENGAÑEMOS, ESTAMOS INMERSOS EN UNA GUERRA FRÍA
La expresión “Guerra Fría” describe un episodio encapsulado en el ayer. Su mención evocaba postales descoloridas y llenas de tensiones. Fue un enfrentamiento político, donde ninguno de los dos bloques tomó acciones directas contra el otro.
La Rioja está en
una Guerra Fría. Confusión, incertidumbre, nerviosismo, tres palabras que
definen perfectamente el estado anímico de los dirigentes del peronismo, de la oposición,
y el mío propio.
En el espacio
del PJ, su presidente Sergio Casas opto por mantenerse en silencio respecto de
quien será el candidato a gobernador/a, pero en las redes sociales y los medios
de comunicación, se desato la guerra.
Entre hoy y
mañana, habrá negociaciones de todo tipo, operaciones de prensa y cruces a sólo
días de que se bendiga al candidato a gobernador. Lo que sucede es que desde el
viernes varios dirigentes comenzaron a expresar públicamente a quienes respaldarían.
Al que más se lo
vio alterado, eufórico y dispuesto a todo, fue a Ariel Puy Soria, quien impulsó
a Ricardo Quintela en una reunión con militantes peronistas. No es secreto que
cuestiona al gobernador por no tomar la decisión sobre la formula a gobernador.
Hablo en la Casa de Todos, y dijo:
“Perón sabía decir que los que no se definen y que los indecisos que andan de
aquí para allá, son como la caca de las palomas, no tienen peso ni olor”, esas
declaraciones se empezaron a viralizar a través de un audio (hecho, que según dicen
algunos habría molestado bastante al gobernador).
Por su parte, Teresita
Madera, lanzada ya como precandidata a gobernadora, realizó numerosas reuniones
con referentes del Frente de Todos. Y Beder Herrera, también lanzado como precandidato,
no deja de plantear la unidad, siempre y
cuando vaya el a la cabeza, de no ser así,
saldrá con partido propio por fuera del PJ.
Por otro lado, el
diputado Elio Díaz Moreno, el intendente José Albarracín, Yamil Sarruff y su
par Daniel Elías, salieron a pedir por la candidatura para la gobernación a Florencia
López (quien no desaprovecho de hacer un recorrido mediático tanto por medios
provinciales como nacionales).
Y es acá donde
las aguas empiezan a agitarse y ponen
nerviosos a algunos dirigentes.
¡Ni que hablar
del frente opositor, este se diluyó por las aspiraciones entre Julio Martínez y
Paredes Urquiza por ser candidatos, ni la Nación pudo evitar el quiebre! Ni
Felipe Álvarez candidato a diputado nacional de Juntos por el Cambio podrá
acercar posiciones. Paredes ya está lanzado a gobernador y no se baja. Martínez
aunque aún no lo explicita, descarta la posibilidad de dar un paso al costado
de cara al 27 de octubre.
En fin, no queda
nada y no se dan cuenta esos idiotas que esto es una guerra, y sin
quererlo estamos metidos en ella.
Los viejos
dirigentes, con trayectoria y militancia se enfrenten con la nueva generación, quieren
jugarse la última batalla ya que temen ser olvidados. Parece que la política es
la perpetuación...
¡Señores! Juan
Perón asignó a las nuevas generaciones la responsabilidad de "ir haciendo
el trasvasamiento generacional" porque las viejas, nacidas y desarrolladas
al influjo de un sistema perimido, tenían que dar paso al futuro.
Pero… ¿Dónde
termina esta guerra, o cuando comienza el consenso?
Hay que
reconocer que un arma nueva apareció en este escenario, el uso de las redes
sociales, y esto abre paso a nuevos métodos de guerra, donde la superioridad en
el manejo de la información y el procesamiento de la misma puede cambiar los
equilibrios de poder.
No escapa a
nadie que hay dirigentes que habrían acumulado mucho poder por la habilidad de
manejar estos tipos de comunicación (mas allá de su vasta experiencia política).
Muchas veces se utilizó la desinformación y el uso del WhatsApp como una
notable herramienta para remodelar el comportamiento político y electoral de la
sociedad.
Por esto afirmo
que: No nos engañemos, estamos inmersos en una guerra fría.
ELEUTERIA
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